Es una palabra o frase que se repite mucho por hábito, en ocasiones llegando al extremo de no poder decir frase alguna sin ella. Si la muletilla excede de una palabra puede ser una frase hecha. Etimológicamente, el nombre de la palabra muletilla deriva de muleta porque es algo que sirve como soporte, en el caso lingüístico como soporte de un discurso, generalmente cuando no hay una palabra o una frase más apropiada para un caso o porque al que usa la muletilla no se le ocurre en ese momento otra palabra. También las muletillas sirven como señal de identificación recíproca entre los hablantes: por ejemplo las muletillas de un español no son las mismas que las de un argentino ni las de un argentino las mismas que de un mexicano, ni estas las mismas que las de un boliviano. Como soporte en un discurso: en tal caso se define como una frase, palabra o voz que se repite mucho consecutivamente o por hábito (muchas muletillas tienen un tiempo de moda y luego caen en desuso o son despreciadas por “anticuadas” o pasado de moda).
La muletilla, también conocida como coletilla, latiguillo, bordón, bordoncillo, ripio, no está dirigida específicamente al oyente, ya que al no tener contenido informativo directo, el oyente sólo percibe que el interlocutor no tiene claro lo que quiere decir y que necesita apoyarse en frases o palabras sin sentido para poder continuar hablando, por eso una muletilla representa un tic verbal en la conversación.